
La preocupación por la sostenibilidad y el medio ambiente es uno de los principales motores de nuestra cooperativa. ¿El objetivo? Minimizar el impacto de nuestra actividad en el entorno natural. Por eso nos enorgullece tanto convertirnos en la primera láctea en conseguir el Certificado AENOR en Huella de Carbono de Producto. ¿Quieres saber qué es y por qué significa este hito? ¡Sigue leyendo!
Gracias a nuestras granjas de Leche Únicla, con un 20% menos de huella de carbono, CLUN se ha convertido en la primera organización productora de leche en España en conseguir la certificación de AENOR de la Huella de Carbono de Producto.
La huella de carbono es una herramienta de medición que contribuye a la reducción de emisiones de CO2 en productos y organizaciones para combatir el cambio climático, fomentando también la eficiencia energética.
De la granja a la mesa
Leche Únicla es uno de los escasos ejemplos que existen de análisis del ciclo de vida de un producto en el sector alimentario. AENOR ha tenido en cuenta todos los procesos, desde la granja (incluyendo el forraje y la alimentación de los animales) hasta que el producto llega a tu mesa.
Las conclusiones del análisis, realizado por la doctora Almudena Hospido y la investigadora Laura Roibás, del Grupo de Biotecnología Ambiental de la USC, y por el departamento de I+D de CLUN, ha sido publicado por prestigiosa revista científica Science of the Total Environment.
Granjas más sostenibles, leche 100% natural
Las granjas Únicla son modélicas en sostenibilidad alimentaria en toda Europa. De hecho, esta nueva certificación se suma a las que ya teníamos de Bienestar Animal y de Seguridad Alimentaria ISO 22000, y que también que reconocían la sostenibilidad de los métodos, procesos y productos, y que además motivó el Primer Premio Europeo a la Innovación Cooperativa.
El bienestar de las vacas Únicla influye directamente en la calidad del producto. Además, reciben una alimentación natural y diferenciada, complementada con semillas de lino, obteniendo beneficios de los pastos de primavera y otoño durante todo el año. Así conseguimos que produzcan de forma totalmente natural una leche de altísima calidad, con menos grasas saturadas y con presencia de Omega 3, CLA y antioxidantes. Esto también reduce la formación de metano en el estómago de las vacas y, en consecuencia, su emisión a la atmósfera.