Los profesionales de la salud recomiendan el consumo diario de leche y lácteos dentro de una dieta variada y equilibrada. Hay multitud de estudios científicos que avalan sus beneficios para la salud. La leche y los derivados lácteos son alimentos de un elevado valor nutritivo, ya que en su composición entran a formar parte prácticamente todos los nutrientes en cantidades relativamente elevadas. Además de proveer energía, son una excelente fuente de proteínas de elevado valor biológico y de otros nutrientes como calcio, magnesio, fósforo, zinc, yodo, selenio y de vitaminas del complejo B, así como de vitaminas A y D.
Dado su valor nutricional, se recomienda una ingesta diaria de leche y derivados lácteos equivalente a 2 a 4 raciones diarias de leche en función de la edad y del estado fisiológico.
Principales beneficios
La leche es fuente de proteínas de elevado valor biológico, ya que contiene todos los aminoácidos esenciales, incluso en cantidades superiores al patrón proteico internacional de referencia.
Además, la leche contiene péptidos bioactivos, con propiedades beneficiosas demostradas científicamente para el sistema inmunitario, cardiovascular y digestivo.
Es la principal fuente dietética de calcio, no sólo por su elevado contenido de en este mineral, sino también por su alta biodisponibilidad gracias a otros componentes de la leche: vitamina D, proteínas, fósforo, etc…
Es rica en vitamina A, especialmente importante en el crecimiento, el desarrollo, la inmunidad y la salud ocular.
Estudios recientes demuestran que la grasa de la leche, a pesar de que había sido considerada no beneficiosa por su alto contenido de ácidos grasos saturados, no sólo no es perjudicial para la salud cardiovascular y otras enfermedades crónicas como el síndrome metabólico y la diabetes, sino que podría tener un efecto protector a través de algunos ácidos grasos saturados presentes en la grasa láctea.
Además, tomar leche es todo un placer.
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